martes, 4 de junio de 2013

Cualquier lugar es adecuado para disfrutar.

Hace un montón que no os cuento nada y no es porque no me haya sucedido nada y no siga disfrutando de orgásmos multiples, ha sido simplemente pereza. Pero ya estoy aquí para contaros lo más destacable.
Creo que empezaré con una anecdota que me ha pasado el fin de semana. Os comento un poco para que entreis en situación: Una falla celebra no se qué de la elegida como fallera mayor para el próximo año (o algo así) y allí que acudo para montar la discomóvil con mi amiguete DJ Vicente.
Llegamos a las 7 de la tarde y montamos todo (altavoces, luces...) y funciona bien, así que  para probar el sonido dejamos un cd sonando y nos vamos a la barra que hay a la izquierda al fondo frente a la cabina de DJ. Allí había una mujer moviendo cajas que nos atiende, nos pone unos cubatillas para empezar bien la tarde.
La mujer nos pregunta cosas banales sobre música y Vicente se va al coche a por unos CDs con lo que me quedo a solas con la mujer, una pelirroja de bote con unos buenos pechos, por lo cual no puedo evitar que mis ojos se dirijan a la regatilla que queda entre sus tetas y ella, se da cuenta y me hace preguntas picantes, seguramente para ver como respondo.

- ¿Qué, te gustan? son mios, nada de silicona ¿Tienes novia?
Yo intentandome hacer el interesante - No, el mundo de la noche,  bla bla bla...

Empezamos a hablar y ella me empieza a contar que está separada hace tres años, que ha tenido algunos rollos, pero que eran gilipollas y que no servían ni para follar, y a ella le apetece amenudo pero se conforma con jugar con el consolador.

Todo esto a mi me pone caliente y alerta, y sus ojos delataban que tenía ganas de follar y yo era el que estaba más cerca. En eso entra Vicente con unos cascos y cds en la mano. Pasa de largo y se pone a hacer pruebas con el micro y música mientras nosotros hablamos. Ella sale de detrás de la barra, introduce dos dedos por detrás de la hebilla y tira de mi hacia detrás de la barra. Me lleva a una habitación donde están las cajas de cerveza y botellas de todo tipo y me desabrocha el cinturón, me saca la polla y empieza a chuparmela. La tenía blandita, pero en un momento me la puso húmeda y dura. Qué buena, que destreza tiene. Yo mientras con una mano iba acariciando y sobando una de sus tetas y con la otra mano la cogía por la nuca y ella va y me dice "Estoy muy caliente ¿me la vas a meter?", Yo "Voy a por condones".
Salí lo más rápido que pude del cuarto de las cajas sujetándome los pantalones sin abrochar y del bolsillo lateral de la bolsa de CDs que acababa de traer Vicente, saqué cuatro condones que estaban unidos por el precinto. Volví medio corriendo y entré en aquél cuarto que me pareció muy oscuro al venir de un sitio con luz, pero ella estaba allí, sentada en una silla mirando hacia donde yo entraba. No pude ver si se había quitado los pantalones ya o si los llevaba en los tobillos, pero sí que ví que se estaba tocando el chocho. Mientras yo me ponía el condón ella me dió la espalda, se inclino y apoyo su cuerpo sobre unas cajas. Yo me tocaba la polla para que se me pusiera más dura mientras veía su trasero, la cojí por la cintura, ella me cogió la polla y la puso en la entrada de la vagina. Yo antes de penetrarla con fuerza empecé a frotar la punta de mi pene con la entrada de su vagina (eso me pone a tope) y a ella parecía que también le gustaba aquello, así que me demoré en la entrada unos segundos antes de empezar a introducirle todo poco a poco hasta el fondo, de forma pausada (eso me produce mucho placer cuando estoy muy caliente), introduciéndolo y sacándolo poco a poco, de forma pausada, disfrutando cada centímetro que va entrando y que va saliendo. Yo oía su respiración y parecía que ella también estaba disfrutando, y poco a poco fui aumentando el ritmo y el vigor con el que la penetraba, y al oir su gemidos sobre todo cuando empujaba hasta el fondo, me iba produciendo más y más placer, me recorría un hormigueo por la espalda (señales de que me viene el orgasmo) a ella la oía gemir cada vez más fuerte. Me empujo hacia atrás y me dijo que me quitara, me sentó en la silla y pisando con uno de sus pies el pantalón lo apartó, se sentó encima de mi con una pierna a cada lado, se cogió al respaldo, se la introdujo dentro de ella y empezó a moverse encima de mi y me miraba y se reía; así estuvimos un par de minutos, pero oímos que alguien entraba en el casal y ella se levanto y se puso el pantalón mientras yo me subía los boxer y el pantalón y me abrochaba la hebilla.
Salimos de la habitación aquella y habían entrado seis o siete personas y las mujeres se estaban sentado en unas sillas que habían por allí.
Vicente me miró, se río y por el micro dijo "Esta canción va dedicada" y puso la canción del caballo "Gangnam Style".
Fue un poco cómico y luego nos reímos los tres y estuvimos bromeando.

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