lunes, 10 de septiembre de 2012

¡Vaya fin de semana!

Hace tiempo que no os escribo, pero los acontecimientos del fin de semana merecen ser contados.
El sábado fui a ver a un amigo que es socorrista y trabaja en la piscina de una urbanización cerca de Cullera. Es un bloque de apartamentos al lado de la playa y no había mucha gente bañándose cuando llegué, así que lo encontré charlando con unas chicas de alemania que tenían el apartamento en el bloque. Me las presentó, estuvimos hablando y se bajaron la comida del apartamento para que estuvieramos los cinco juntos (ellas eran 3 y nosotros 2). La comida distraída y luego nos tumbamos sobre la toalla, una de ellas se acercó mucho a mi y me giré para poder hablarle cara a cara. Me excité y el bulto que sobresalía en el bañador me delató. Ella se reía y con su acento alemán me iba diciendo cosas sobre sexo y me tocaba el paquete. Yo estaba que explotaba, así que le acariciaba uno de sus pezones y ella sonreía. Enseguida se le puso duro.
Estaba tumbado de lado y puse una pierna sobre las suyas y así disimulaba mi erección frente a las miradas de los que pasaban, y mi amigo que charlaba con las otras dos me dijo "Parece que te ha picado un bicho y se te ha inflamado la polla. Ves al botiquín y ponte hielo. Ja jajaja". Miré a Katia, miré la habitación donde estaba el botiquín, me levanté y entre allí. Ella me siguió.
Allí había una camilla apoyada en la pared y curioseé las cajas que había por allí. Ella entró detrás de mi, se puso delante y me tocaba la polla mientras me miraba y se reía. Yo le tocaba las tetas y le toqué el chocho. Ella se subió en la camilla, me bajó el bañador, había traído dos preservativos en una de sus manos. Me puso uno con mucha habilidad, se apartó el bañador, se puso en la orilla y me apretó contra ella. Enseguida se puso a jadear (al parecer ya estaba muy caliente). Se echo hacia atrás se quitó la parte de abajo del bikini y apoyó los codos en la camilla y la cabeza en la pared. Yo empecé a empujar.
La camilla contra la pared hacía un ruido como si estuviesen golpeando con un martillo. Al momento Carlos vino a cerrar la puerta que ella se había dejado abierta.
Fue muy buen polvo, disfruté mucho. Visto con restrospectiva podía haber sido la escena de una película porno.
Sentada, luego se dio la vuelta e inclinó el tronco sobre la camilla y la cogí por detrás, y la camilla golpeando contra la pared. Conecté un ventilador que había encima de una mesita.
Carlos entró "Por favor, separar la camilla de la pared que haceis mucho ruido." Acerqué la camilla contra mi y a Katia que estaba encima también y empezó a gritar. La camilla ya no golpeaba. Cambiamos de postura, ahora ella estaba de lado sobre la camilla, una pierna flexionada colgando y la otra la levanté y la apoyé sobre el hueco entre mi hombro y el cuello y parece que le gustó más. Sus gritos aumentaron de volumen y de frecuencia. Oirla como gritaba de placer me excitó mucho y empecé con el primer orgasmo, la postura para mi era muy placentera, su muslo contra mi pecho, yo acariciándole los pezones, ella con la boca abierta gimiendo.
La imagen me parecía muy excitante y me vino el segundo orgasmo. Ahora jadeaba yo también emitiendo un "AAAAAhhhhh" repetido pero más grave. Ella me acariciaba el pecho y el estómago y un cosquilleo me recorría el cuerpo de abajo a arriba.
Sentía mucho placer, me agarre a su muslo con un brazo y con el otro  me apoyaba en la camilla. Cambiamos de postura, separamos la camilla de la pared otra vez y ahora ella estaba tumbada boca arriba a lo largo de la camilla y tenía una pierna a cada lado de mi cabeza y yo seguía empujando. Esta postura me dió mucho placer, estubimos poco en esta posición pero el placer me recorría la espalda. Ella bajó de la camilla y ahora era yo el que estaba tumbado en la camilla y ella encima. Me encanta cuando la chica está encima. Ella gemía sollozaba se iba y yo notaba como ella tenía sus orgasmos y me apretaba el miembro con su vagina. Así estuvimos un rato. Fue muy bueno.
No se cuanto tiempo estuvimos en el botiquín, pero Carlos entró a llamarnos la atención y a tirarnos de allí "ya está bien que se os oye mucho".
Le miré la cara y tenía los ojos entre cerrados y la boca aún semi abierta, se notaba que le había gustado. Miré mi cara en un espejo que había en la pared y me dí cuenta que mi cara no era mucho mejor que la de ella. Nos delataba lo que habíamos estado haciendo y que nos había gustado.
Nos pusimos el bañador y bikini y fuimos donde estaban Carlos y las otras dos chicas.
Al sentarnos sobre las toallas ellos empezaron a reírse a carcajadas.

3 comentarios:

  1. Joder, me ha gustado a mí también.

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  2. Ji ji, pues aún no he contado lo que me paso cuando llegué a casa y luego a las 5 y media de la noche, pero creo que hoy os lo cuento.
    Gracias por leerme.

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